LOS MUROS CAEN.

Hoy estuve releyendo este artículo y los comentarios me llevan a pensar, en que algo inevitable está sucediendo, los muros caen.
Los antiguos paradigmas se cambian por otros nuevos, los médicos no somos dioses y la relación de cercanía, amistad y sobre todo humanidad, no son incompatibles con ser un excelente medico, es más, creo firmemente, que con el tiempo se darán más importancia a estos valores, que a los diplomas o los títulos, porque el verdadero valor del buen médico radicará, en su labor de todos los días, la profesional, pero sobre todo la humana, no digo que seremos infalibles, porque es inevitable, es inherente a la condición humana, digo que a pesar de esa falibilidad, el buen médico, se caracterizará siempre, por su humildad, compromiso, cercanía, sobre todo honestidad y lucha, por lo que mejor considere para su amigo y paciente.
Creo que la relación de afecto y cariño, junto con el conocimiento, formarán el cimiento o piedra angular del buen hacer de un médico, lo digo y lo creo, porque por los comentarios, veo que es una necesidad básica y fundamental para tratar a nuestros pacientes. Este pensamiento me despertó por la noche y quise compartirlo con ustedes. Un fuerte abrazo
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